El único condenado por el triple
crimen de Alcàsser está desde el viernes pasado en la calle. Otro efecto
colateral de la eliminación de la famosa “Doctrina Parot” que ha propiciado la
salida de prisión de decenas de asesinos de ETA y de otros presos que, con las
manos manchadas de la sangre de inocentes, nunca pidieron perdón a sus víctimas
ni buscaron ayuda psicológica. Dejando aparte el lógico malestar que supone que
este individuo en concreto ande suelto de nuevo por las calles, en estos días
he visto cómo algunos medios de comunicación han empezado a perseguirle para
que hable, y también han buscado a sus familiares, especialmente su hija, para
dar pábulo y remover toda la mierda que sea posible.
Otra vez haciendo caja con
el morbo a cuenta del sufrimiento de Míriam, Toñi y Desireé. Todo por la
audiencia, por el share. Imagino a los periodistas enviados por sus jefes para
perseguir a Ricart desde que salió de la cárcel, meterse con él en el tren,
intentar ganarse su confianza con zalamerías y haciéndose los comprensivos con
una persona condenada a 170 años de cárcel por tres crímenes horripilantes. Hay
algún medio que además le ha pagado por unos días un hotel de muchas estrellas
en Madrid, con la esperanza de que hable y rentabilizar esa inversión, aunque
nadie admite públicamente que pueda pagar a Ricart por romper su silencio en un
plató de televisión, e incluso Antena 3 ha retirado de su web la entrevista que
le sonsacó, por las críticas de sensacionalismo recibidas. Y viene a mi memoria
de nuevo la autocrítica que hicimos los periodistas tras el lamentable
espectáculo que dimos cuando fueron localizados los cadáveres de las niñas, y
las condenas judiciales posteriores a quienes usaron los medios para calumniar
e injuriar a los investigadores del caso, y alimentar teorías conspiratorias
que todavía hoy algunos creen.
Una mala praxis que repasó hace unos años la
periodista Amparo Bou por encargo del Centro Reina Sofía para el Estudio de la
Violencia, dentro de un libro colectivo sobre el tratamiento informativo que se
suele dar a los niños, tanto cuando son víctimas como cuando son los autores de
un hecho criminal. Y es que después de varios intentos de sonsacar a Miguel
Ricart para que hable, veremos en lo que resta
de semana si algún medio le tienta lo suficiente, y comprobaremos si éstos
cumplen su cometido ético y su promesa de no pagarle por una entrevista. Ciertamente,
como todos saben, no corren buenos tiempos laborales para la profesión
periodística. Ahogados con EREs, cierres de medios y precaridad, lo único que
faltaría es que le echáramos ahora más tierra encima dando pábulo al
desgraciado de Ricart. Espero que hayamos aprendido de los errores pasados, por
respeto a las familias de las tres niñas, y por la dignidad del periodismo.
No estoy deacuerdo con usted en esta entrada, yo pienso que esta desinformacion tambien puede trasladarse en indefension... Me explico... Que habria pasado si Tony King se quita de fumar? que Dolores Vazquez habria pasado su vida con la muerte de Rocio Waninkof sobre su cabeza, sea como sea a esa mujer, le han destrozado la vida... Pues bien, Dolores Vazquez podemos ser todos... y si ademas tienes una familia desestructurada y eres eso que se llama un "desgraciado" más... Como datos objetivos yo me quedo con las evidencias: Uno no puede matar ni asesinar a nadie sin dejar absolutamente ni
ResponderEliminarningun rastro en el cuerpo de la victima... y de quien son los vellos pubicos y los adns que se encontraron en los cuerpos (siete distintos), por que no le han hecho a este pobre hombre la prueba del poligrafo si aqui se ha sentado en el poligrafo hasta el exnovio de Falete? Me ha dado lastima el espectaculo, y me gustaria vivir en un pais en que la justicia no fuera sinonimo de linchamiento.
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